Gerardo Quesada Alvarado
geraquesada@gmail.com
Muy emocionado y convencido de que su ministerio es el de servir y acatar los designios de Dios, Monseñor José Manuel Garita Herrera, recientemente nombrado por el Papa Francisco, obispo de la Diócesis de Ciudad Quesada, no oculta su entusiasmo por venir a estas tierras a pastorear el rebaño que le han asignado.
Entonces nos dice: “sólo pienso en volver a esas tierras hermosas bendecidas por Dios”, las cuales admira por su riqueza natural, el volcán, los ríos, las montañas, las aguas termales y por la calidad de su gente.
Me cuenta que espera con ansias el sábado 17de mayo, a las 10:00 a.m. día de su ordenación en la Catedral de Ciudad Quesada y que viene lleno de ilusiones y esperanzas, no obstante, dice que siente nostalgia al tener que dejar el seminario donde lleva más de 20 años como formador y profesor de Derecho Canónico.
Detrás del auricular del teléfono no duda al responder todas la preguntas que le hicimos, se abre como una esponja para mostrarse tal como es, sin máscaras. Nos cuenta de su vida, de sus sueños, de su vocación y de cómo recibió la noticia de que había sido nombrado obispo de la Diócesis de Ciudad Quesada.
“Recibí la noticia el pasado domingo 9 de marzo en la Nunciatura Apostólica, fue un tremendo susto, humanamente me quedé impactado. Yo digo que solo puedo ver la voluntad de Dios. Asumo este servicio con la confianza en el ministerio. Voy a dar mis fuerzas de esa comunidad”, expresa con voz amistosa y con la humildad que lo caracteriza, según dicen sus allegados.
Sencillo, llano y comunicador
Dice que se describe como una persona sencilla, llana y comunicadora. Alguien normal a quien le gusta escuchar y estar cercano al servicio del pueblo. Aquel a quien le gusta tomarse su tiempo para formar su juicio y acompañar a la comunidad en todos los procesos.
También cuenta que le gusta la música clásica, el beisbol y el fútbol y que es aficionado al equipo Florense.
“Una vez allá tendremos que ver cómo subimos a San Carlos a primera”, expresa mientras dice que no dudará en ponerse la camiseta del equipo norteño, y suelta a reír.
-“Yo nací en Heredia centro el 26 de marzo de 1965. Tengo 49 años. Soy hijo de Manuel Antonio Garita y Ana Mercedes Herrera. Soy el mayor cuatro hermanos.
-Mi infancia fue muy alegre, en una Heredia más pequeña que la de ahora, donde había menos peligros. Crecí andando en bicicleta, jugando fútbol en las calles, rayuelas, quedó y corriendo en los cafetales de ese entonces.
-Fui a la Escuela Pública Joaquín Lizano, de Heredia, y desde pequeño imitaba a los padres, jugaba a ser padre. Fui monaguillo. Estudié en el Colegio Claretiano, cuando eso era sólo de hombres. Me gustaba estar cerca de los padres y en la adolescencia tuve una novia”, cuenta sin tapujos.
Narra que ingresó al seminario en 1983 y el 1988 se ordenó sacerdote y que lleva 25 años de ejercer el apostolado en la Arquidiócesis de San José. Fue Vicario de la Parroquia del Carmen. En 1991 se fue a Roma a estudiar Derecho Canónico, volvió al país en 1993 y trabajó en la Curia Metropolitana, también fue sacerdote del Templo del Barrio Corazón de Jesús.
Desde que llegó de Roma se ha desempeñado como profesor de Derecho Canónico en el seminario y en el año 2010, fue nombrado rector del Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles.
De la Diócesis de Ciudad Quesada dice que deberá conocer mucho, pero, sabe que es un lugar de gran riqueza natural, de gente honesta, trabajadora y de gran riqueza eclesial y que antes de ordenarse visitará cuatro comunidades clave y se reunirá con el clero.
“Mi mensaje es un saludo fraternal a los habitantes de los cuatro cantones de la Región. Decirles con todo el corazón que estoy dispuesto a acogerlos, animarlos y acompañarlos y que serviré a todas las fuerzas vivas”
Dice que estará abierto a todos los grupos apostólicos de la Diócesis para escucharlos y acompañarlos en todo.
Su mensaje a la familia como célula de la sociedad es fortalecerla, acompañarla y evangelizarla.
A los jóvenes de la Región les dice que la vida vale la pena. Que deben entregarse por el bien de los demás, que busquen los valores morales y espirituales.
Entonces dice que él nunca se arrepentirá de su apostolado y que se declara un hombre feliz, por eso asegura que cualquier llamado al servicio religioso es hermoso.
A los migrantes les dice que a la iglesia le interesa la situación que viven y que está dispuesto a escucharlos y acompañarlos.
“No me voy a encerrar en una casa oficina, el Papa hace el llamado a salir a buscar la gente olvidada, en abandono. Voy a salir a compartir el evangelio del señor”, expresa.
Agrega que su compromiso con el medio ambiente es de la búsqueda de un equilibrio para conservar el ambiente y promover el desarrollo humano.
Finalmente, le pregunto sobre su posición sobre las demandas de las minorías y dice que será de escucharlos, y de acercamiento para conocer a esas personas que piensan diferente, pero jamás para discriminarlos. Expresa que la posición de la Iglesia es de defensa a la vida desde la concepción y al matrimonio entre hombre y mujer.